viernes, 5 de febrero de 2016

Yasuka Venda


En el departamento de Amambay, cercano a la frontera con Brasil, se encuentra el Parque Nacional Cerro Corá, y dentro de éste, Jasuka Venda -el Cerro Guazú- sagrado para los Pãi Tavyterã; una elevación rocosa cubierta de bosques, con cuevas y nacientes de arroyos.
 Allí está depositado el Jasuka, principio creador con el cual Ñane Ramõi Jusu Papa -"Nuestro abuelo grande eterno"-, engendró la palabra, la humanidad y el Universo todo. Allí nacieron todas las plantas y animales conocidos por el hombre.

En 1993, el gobierno paraguayo promulgó la Ley 209, declarando de interés social y expropiando a favor de la comunidad Pãi Retâ Joajú las tierras del "Cerro Guazú" -7.681 ha-. Los Pãi arreglaron el sitio, construyeron alambradas, barreras corta fuego, o'guasu (casas tradicionales), koyg (sementeras), con una infraestructura básica y servicios de monitoreo y vigilancia. Sabiendo que Jasuka Venda es el referente material y espiritual imprescindible para su identidad como pueblo, han renovado su uso como sede de reuniones y ceremonias.

Para inventariar su patrimonio cultural, impulsar el estudio arqueológico y acabar con intromisiones ilegales en su propiedad sagrada con el pretexto del arte rupestre, carentes de método e intención científica; solicitaron la colaboración del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, España.
El arte rupestre presente es del "estilo pisada", representaciones de huellas de ñandú, venado, jaguar y hombre similares a las de otras regiones de América del Sur, con una densidad mayor; también signos que parecen inscripciones rúnicas (vikingas).
El trabajo de la comisión española -bajo la dirección de José Antonio Lasheras- se llevó a cabo en la primavera de 2.008, durante 18 días con la presencia de mujeres y hombres de varias comunidades.

Uno de los sitios explorados fue el abrigo Itaguy Guasu, se excavaron solo dos metros cuadrados -ante la incomodidad de las comunidades y la supervisión de sus representantes- que fueron suficientes para determinarle una antigüedad de 5.000 años, la datación más antigua de poblamiento en Paraguay.
Se relevaron más de 1.350 signos, e inventariado más de 4.000 objetos. José Antonio Lasheras, considera que los hombres que habitaron el Amambay hace más de 5.000 años influenciaron con su forma de expresión a otras comunidades que vivieron en el sector meridional de América: "Teniendo en cuenta la densidad, cantidad y sobre todo el simple hecho de que en el Jasuka Venda es más abundante el arte rupestre, creo que desde allí se expandió esa forma de expresión".

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