martes, 30 de junio de 2015

Una prueba contundente de esta antigua presencia humana en la Amazonía es la caverna de Pedra Pintada, situada cerca a la ciudad de Monte Alegre, en el Pará (Brasil), la cual fue estudiada por la arqueóloga estadounidense Anna Roosvelt.
En la zona de la caverna se pueden admirar varias pinturas rupestres que representan figuras antropomorfas y zoomorfas, además de representaciones del sol, el cual era adorado como a un dios.
En la Amazonía hay otras pinturas rupestres y algunos petroglifos, como el llamado Morro das Araras, en la localidad de Carolina, en el Maranhao.

La cultura Marajoara
Las mujeres amazónicas
 
 


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